domingo, 25 de enero de 2009

NO es mi nombre...
























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NO es mi nombre

NO NO el nombre

NO NO el NO.

El espíritu individual alcanza lo absoluto de sí mismo por negaciones sucesivas, soy aquello que piensa, no aquello que es pensado; el sujeto puro no se concibe más que como límite de una negación perpetua.

La idea misma de negación; ella no es “yo”. Una negación que se niega, se afirma al mismo tiempo ella misma; negación no es simple privación, sino ACTO positivo.

Esta negación, es la “teología negativa” en su aplicación práctica a la ascesis individual.


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y desde allí contempla:

Un mar burbujeante ante ti;

La palabra SI brilla innombrable, reflejada por cada burbuja.

Macho el NO, mira a la hembra.

El mismo acto negador que hace al sujeto consciente, hace al objeto percibido. Despertar, es ponerse a pensar alguna cosa exterior a uno mismo; quien se identifica con su cuerpo, o cualquier cosa que fuere, cae en el sueño.

La negación es un acto simple, inmediato y procreador, vale decir macho. Lo que es negado, tomado en general y a priori, puede ser considerado como el principio común a todas las apariencias, así pues como hembra.

El acto de negar, privado, por definición, de toda determinación positiva, es idéntico a sí en su movimiento perpetuo; el objeto negado surge sin cesar, múltiple y diverso, como aquello que no es yo, aquello que no es hecho de mi realidad sustancial, como, según la Cábala, un vacío, una burbuja en la sustancia absoluta.




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Mas el NO se pronuncia,
se pronuncia evocando todo esto,
se pronuncia conociendo todo esto,
se pronuncia amando todo esto.
Retrocede más aún detrás de la sombra de ti mismo,


Si el acto supremo de la conciencia quiere expresarse, no lo hará perfectamente sino manifestando la síntesis de sus tres aspectos: creación, o mejor evocación de las formas rechazadas; conocimiento de las formas negadas y conservadas; integración de las formas a la conciencia por el amor.
Es por ello que esta expresión, será tanto más verdadera, más cercana a la perfección, cuanto más próximo a esta realización se encuentre el sujeto.
Hay que entender, desde ahora, que toda poesía tiene su raíz en el acto inmediato de negación. El poeta toma conciencia de sí mismo haciendo aparecer las formas a las que rechaza y que llegan a ser por ello mismo símbolos, aspectos sensibles de su ascesis: se expresa por aquello que rechaza y proyecta de sí, y si se dicen admirables las imágenes que nos propone, es siempre al "NO" oculto detrás de ellas a quien se dirige nuestra admiración. Si el misterio de la manifestación debe invertirse, es, una vez más, en el momento en que un hombre lee el poema; debe, grávido de las emociones, de los sentimientos, de las certezas que suscita, habiéndose incorporado concienzudamente estos elementos, suprimirlos uno a uno por negaciones perseverantes; retornará así hasta la evidencia poética que fue el germen y que es la esencia del poema.
(Este movimiento de retorno, librado de ordinario a la iniciativa del lector, Stéphane Mallarmé lo introdujo en el cuerpo mismo del poema, efectuando, por cierta imagen evocada primero, la ascesis negadora que milagrosamente hace visible la nada esencial de una cosa.
Las palabras "abolí bibelot" imponen por el término "bibelot" una imagen concreta que está desde el principio negada por el término "abolí", de manera que la representación sugerida no es la de una nada cualquiera, sino la de la nada de un bibelot. En toda la poesía de Mallarmé se reencuentra la preocupación por la ascesis dialéctica de la imagen, puesta, negada y conservada, que testimonia una visión singularmente lúcida acerca del extremo misterio poético.)



René Daumal

(Traducción de Aquiles Ferrario
y Jorge Lebedev
Edición del C.G.Fabril Editora,
no bilingüe)

René Daumal. Poeta y novelista francés nacido en las Ardenas, en 1908. Drogadicto a sus 20 años, fue fundador junto a Roger Vailland de la revista surrealista Le Grand Jeu (1928) y discípulo, como también lo fue la escritora neozelandesa Katherine Mansfield, del exótico gurú y ocultista caucasiano George Gurdjieff. Al principio sus poesías lo acercaron al movimiento surrealista, del que se distanció para derivar al misticismo de Antonin Artaud. Gran amigo y confidente de Salvador Dalí. En 1936 publicó su primer poemario, Le Contre-ciel (El Contracielo), galardonado con el Premio Jacques Doucet. Le siguieron una serie de traducciones de textos zen; Le grande beuverie (El gran festín, 1936), y la recopilación póstuma Poésie noire, poésie blanche (Poesía negra, poesía blanca, 1945). El título de esta obra recoge la convicción de Daumal de que la palabra poética está dotada de un poder sobrenatural que, como la magia, puede ponerse al servicio de la degradación del hombre (poesía o magia negras) o su purificación (poesía blanca). Daumal murió murió prematuramente a causa de una tuberculosis en 1944, sin haber concluido su obra más conocida, Le mont analogue (La montaña análoga), publicada en 1952, una novela alegórica en la que la travesía hacia una isla misteriosa simboliza la búsqueda de la verdad y la tradición, según sus entusiastas, con esta obra Daumal «logró hacer con la Metafísica lo que Julio Verne había logrado con la Física». La película La montaña sagrada de Alejandro Jodorowsky se basa en gran medida en esta novela.
Los textos que publicamos pertenecen al libro Le contre-ciel, traducido al castellano como "CLAVÍCULAS de un gran juego poético".



1 comentario:

Lilian dijo...

Gracias por esta perlita, no lo conocía!
un gran saludo!!!
L.