lunes, 26 de enero de 2009

FRAGMENTOS


























Fragmentos,
desechos del alma,
coágulos del siglo veinte.

Cicatrices: alterada circulación de la creación temprana;
las religiones históricas de cinco siglos, destruidas;
la ciencia: fisuras en el Partenón.
Planck, de nuevo perturbado, tropezó en su teoría de
los cuantos con Kepler y Kierkegaard.

Pero hubo anocheceres que se perdieron en los colores
del Dios Padre, más sueltos, bullendo largamente,
irrevocables en su silencio,
en su chorreante azul,
color de los introvertidos.
Entonces uno se concentraba,
las manos apoyadas sobre la rodilla,
rústica, sencillamente,
y entregado a un tranquilo trago
mientras sonaban las armónicas de los peones.




Gottfried Benn


(Traducción de Rodolfo Modern)

FRAGMENTE

Fragmente, Seeleuauswürfe, / Blutgerinnsel des zwanzigsten Jahrhuaderts — Narben — gestörter Kreislauf der Schöpfungsfrühe, / Die historische Religionen von fünf Jahrhunderten zertrümmert, / Die Wissenschaft: Risse im Parthenon, / Planck rann mit seiner Quantentheorie / Zu Kepler und Kierkegaard neu getrüht zusammen —
Aber Abende gab es, die gingen in den Farben / Des Allvaters, lockeren, weitwallenden, / Unumstösslich in ihrem Schweigen / Geströmten Blaus, / Farbe der Introvertierten. / Da sammelte man sich / Die Hände auf das Knie gestützt / Bäuerlich, einfach / Und stillem Trunk ergeben / Bei den Harmonikas der Knechte —




Gottfried Benn. Médico y poeta alemán. Nació en Mansfeld en 1886. Estudió teología luterana en la Universidad de Marburg, pero se cambió a una escuela médico militar de la misma ciudad, y después sirvió como médico militar durante la I Guerra Mundial. Al acabar ésta se hizo especialista en enfermedades de la piel y de transmisión sexual. Su profesión le proporcionó muchos temas para algunos de sus poemas antisentimentales en Morgue o El lazareto (1912), Carne (1917), y otros libros que contribuyeron a su reputación como representante eminente de Die neue Sachlichkeit (la nueva objetividad). Escribió también muchos ensayos críticos de sumo interés. En 1933, Benn dio la bienvenida a la toma del poder del partido nazi en un ensayo, El nuevo estado y los intelectuales, pero poco a poco fue perdiendo fe en el régimen, que prohibió sus libros en 1937. Mientras tanto, en 1935, había vuelto al Ejército, considerándolo como "una forma aristocrática de emigración", y hasta 1945 permaneció en el servicio activo. Los ocupantes aliados no le permitieron volver a publicar hasta 1948. Sus últimos libros de versos, como Poemas estáticos (1948) y Aprèslude (1955), le confirman como uno de los mayores escritores alemanes, obteniendo números premios. Murió en Berlín, en 1956.



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